Preparar la piscina para la nueva temporada: consejos clave para comunidades y particulares

preparar la piscina

Con la llegada del mes de mayo a la vuelta de la esquina, muchas comunidades de propietarios y particulares comienzan a pensar en la puesta a punto de sus instalaciones acuáticas y en preparar la piscina adecuadamente. 

La apertura de la temporada de baño no es solo una cuestión de retirar la lona y llenar el vaso: requiere planificación, conocimiento técnico y, sobre todo, una intervención profesional que garantice la seguridad, salubridad y correcto funcionamiento de las instalaciones.

Desde EMPIA, queremos compartir una serie de recomendaciones esenciales para afrontar este proceso de manera eficiente y sin contratiempos. Estos suelen presentarse con más frecuencia en aquellas comunidades que no cuentan con un mantenimiento continuado durante todo el año. Por ello, es fundamental tener claro todo lo que debes revisar antes de abrir la piscina.

La importancia de anticiparse

Una de las claves para que la temporada comience sin sobresaltos es la anticipación. Dejarlo todo para última hora puede derivar en averías imprevistas, problemas de salud pública por agua no tratada adecuadamente o retrasos que impidan el uso de la piscina justo cuando más se necesita.

En este sentido, las comunidades que disponen de servicios de mantenimiento durante todo el año tienen una gran ventaja. La mayoría de problemas se detectan y solucionan en meses de menor uso, lo que permite llegar a mayo con la piscina lista para su apertura sin urgencias ni imprevistos. 

En cambio, aquellas que no realizan ningún tipo de seguimiento durante el invierno suelen encontrarse con acumulación de residuos, sistemas deteriorados por inactividad o incluso proliferación de algas y microorganismos que requieren tratamientos más costosos y prolongados. Y, en muchos casos, les pilla el toro.

Pasos esenciales para preparar la piscina

A continuación, detallamos algunos de los principales pasos para preparar una piscina de forma profesional de cara al inicio de la temporada:

1. Inspección inicial y revisión de instalaciones

El primer paso es una inspección visual y técnica de todo el sistema: vaso, skimmers, canaletas, filtros, bombas, cuadros eléctricos, iluminación subacuática, etc. Aquí se detectan posibles fugas, obstrucciones o fallos eléctricos. Es fundamental revisar también el estado del cuarto de depuración, que muchas veces se encuentra con humedad o insectos si ha estado cerrado durante meses.

2. Limpieza profunda del vaso y entorno

Aunque la piscina haya estado cubierta, es común que se acumulen hojas, tierra o incluso residuos químicos. Se realiza una limpieza completa de paredes y fondo, incluyendo las zonas de difícil acceso. El entorno de la piscina también debe estar limpio y libre de obstáculos para garantizar la seguridad de los usuarios.

3. Puesta en marcha del sistema de filtración

Una vez limpia la piscina, se revisa y activa el sistema de filtración. Se comprueba el correcto funcionamiento de la bomba, se limpia el filtro (ya sea de arena, cartucho o diatomeas) y se verifica la presión de trabajo. Una filtración ineficiente es uno de los principales factores que afectan a la calidad del agua.

4. Tratamiento químico inicial

Antes de permitir el baño, el agua debe estar perfectamente equilibrada. Esto implica ajustar el pH, la alcalinidad y la dureza del agua. Posteriormente, se realiza un tratamiento de choque con cloro o productos alternativos, según el tipo de piscina, para eliminar cualquier microorganismo presente. Es imprescindible que este tratamiento lo realice un profesional cualificado, ya que una dosificación incorrecta puede poner en riesgo la salud de los bañistas.

5. Verificación de seguridad

Se revisan todos los elementos de seguridad obligatorios por normativa: rejillas antisucción, escaleras, pasamanos, señalización, sistema de rebose, etc. Además, se comprueba que las medidas higiénico-sanitarias exigidas por las autoridades locales están cubiertas.

Consecuencias de una mala anticipación

En un contexto en el que la normativa sobre seguridad e higiene en piscinas es cada vez más exigente, contar con una empresa especializada no es solo recomendable, sino prácticamente indispensable. Los técnicos profesionales están formados en la gestión del agua, conocen los productos químicos adecuados, manejan la maquinaria con seguridad y saben cómo actuar ante cualquier incidencia.

No preparar adecuadamente la piscina puede derivar en consecuencias importantes: retrasos en la apertura, denuncias por incumplimiento de normativas, proliferación de bacterias como la Legionella, problemas respiratorios o cutáneos en los bañistas, e incluso el cierre temporal de la instalación por parte de las autoridades sanitarias.

Además, un sistema de depuración que ha estado meses sin mantenimiento puede sufrir averías que implican reparaciones costosas y largos tiempos de espera, justo cuando la demanda de técnicos cualificados es más alta.

La experiencia nos demuestra que las comunidades que mantienen su piscina durante todo el año tienen una temporada mucho más tranquila y eficiente. Invierten menos en reparaciones, cumplen antes con la normativa y disfrutan de un entorno saludable desde el primer día. 

La seguridad y el disfrute de todos los bañistas comienza mucho antes del primer chapuzón.

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar

logo empia
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.