Las piscinas se suelen asociar con el verano y la época de calor, y, por lo general, cuando pensamos en ellas pensamos en los meses entre mayo y septiembre, aproximadamente. Pero, ¿y si te decimos que el mantenimiento de las piscinas debería ser un mantenimiento anual a lo largo de todo el año?
Es habitual encontrar usuarios que nos dicen que no ven la necesidad de hacer un mantenimiento anual de la piscina si esta solo se usa durante los meses de verano. En muchos casos, la principal razón que argumentan es la reducción de costes en invierno.
Sin embargo, el mantenimiento anual de la piscina, también conocido como mantenimiento preventivo, te permite ahorrar a largo plazo más que si optas por dejar la piscina sin mantenimiento durante todo el invierno. En este artículo te explicamos por qué es importante preservar las instalaciones acuáticas incluso cuando no se utilizan.
¿Cuál es la razón para hacer un mantenimiento anual de la piscina?
Hay muchas, pero la principal es que un buen mantenimiento a lo largo de todo el año no solo te garantiza que la piscina se podrá disfrutar desde que empiece a hacer calor. Además, evitarás problemas de última hora cuya reparación urgente sea más cara o, incluso, inviable en pleno inicio de la temporada.
Por otro lado, el mantenimiento anual de la piscina tiene beneficios muy importantes desde el punto de vista de la sostenibilidad. Sobre todo, porque con él se consigue mantener el agua en buenas condiciones de un año para otro, sin necesidad de volver a llenar la piscina, con el consiguiente gasto de agua que supone.
Beneficios de mantener tu piscina durante todo el año
El mantenimiento de la piscina no es un capricho, sino una necesidad. Y, para asegurar que la temporada de piscinas comienza como es debido y no hay incidencias, es fundamental llevar a cabo un buen mantenimiento también durante los meses de invierno. A continuación, resumimos las ventajas más importantes de esta práctica, que te ayudarán a entender su relevancia:
Ahorro de agua
Los episodios de sequía son cada vez más numerosos y prolongados en el tiempo en muchas regiones españolas. Ello conlleva que los ayuntamientos den luz verde a restricciones que, casi siempre, afectan al llenado de las piscinas.
Mantener la piscina durante todo el año es clave para garantizar la salubridad del agua de una temporada a otra y, así, no tener que vaciar la piscina y arriesgarte a no poder llenarla el verano siguiente.
Vida útil más larga
Otra de las ventajas de realizar un mantenimiento periódico y constante de la piscina es que se prolonga la vida útil de piezas importantes, como los filtros o la bomba. Cuanto más protegidos estén frente a los cambios térmicos propios del invierno, menos problemas de funcionamiento darán cuando se vuelvan a poner en marcha. Y, a la larga, también supone un ahorro económico porque no es necesario renovar las piezas cada año.
Reparaciones más sencillas
Si mantienes una vigilancia permanente de tu piscina, es más fácil identificar los desperfectos en el momento en que se producen. Por lo tanto, repararlos es más sencillo que si esperas a hacerlo justo antes de abrir.
Por ejemplo, si hay una grieta en la piscina, es preferible repararla cuando comienza a resquebrajarse. En cambio, esperar varios meses puede suponer la necesidad de cambiar gran parte de los azulejos, una reparación más compleja y cara.
Ahorro de costes
Estimar el gasto anual que supone el mantenimiento de la piscina te permite hacerte una idea de los costes fijos que, con más probabilidad, garantizarán su buen funcionamiento al inicio de temporada.
En cambio, si no se lleva a cabo el mantenimiento anual, puedes encontrarte con problemas estructurales más graves cuando vayas a abrir la piscina que, en su conjunto, supongan un gasto económico más alto de lo que habría supuesto el mantenimiento anual.
Técnicos de confianza
En ocasiones, contar con un profesional especializado en quien sepas que puedes confiar tiene un valor mucho más alto que el coste que supone el mantenimiento anual. Esta práctica es clave para que todas las comunidades de propietarios, hoteles o cualquier otro tipo de instalación que cuente con piscina tenga a su disposición a un técnico de confianza a quien recurrir en cualquier momento del año.
Y, sobre todo, durante el verano. Sin embargo, esa relación estrecha y a largo plazo solamente se propicia gracias al mantenimiento anual, que permite al técnico conocer muy bien cada piscina y saber qué necesita en todo momento.
En definitiva, el mantenimiento anual de la piscina es la mejor forma de asegurarte de que, llegado el momento de abrir, la piscina estará a punto para ello y no habrá inconvenientes de última hora. Es, por tanto, una inversión durante todo el año para que, en el momento álgido, funcione todo adecuadamente y los usuarios no sufran las consecuencias cuando más necesitan la piscina.
