Raúl Viyuela, presidente de EMPIA, ha participado en el informativo de RNE del miércoles 26 de junio. Junto a la alcaldesa de San Martín de Valdeiglesias, Aránzazu Povedano, ha analizado cómo se plantea la temporada de verano de este año y cómo se preparan las instalaciones acuáticas. Asimismo, ha reivindicado la problemática que enfrentan las piscinas de Madrid ante la falta de socorristas que, un año más, sigue protagonizando titulares.
Una de las cuestiones que ha indicado Viyuela es qué piscinas deben tener, obligatoriamente, un socorrista. En este sentido, ha recordado que todas las comunidades de propietarios de más de 30 viviendas deben tener un socorrista obligatoriamente. «Donde más accidentes suele haber es en las zonas que no están vigiladas, y no todas las comunidades de propietarios tienen obligación de tener un socorrista si tienen menos de 3o viviendas».
En este sentido, Viyuela ha recordado que, «desde EMPIA reivindicamos la dificultad que tenemos para cubrir los puestos de socorristas. Cada vez hay menos, y la formación no es la más adecuada. Además, hay que tener en cuenta que el perfil de socorrista ha bajado a una edad media de 17 años, personas menores de edad a las que se les otorga mucha responsabilidad».
Tal y como recuerda el presidente de EMPIA, lo más importante para la asociación es ser el enlace entre las diferentes instituciones que forman parte de este problema, para mejorar la formación. «Esta debe ser más exigente. Además, se deben ampliar los cursos de socorrista, la oferta para que haya más empleo y la gente se anime a formarse bien», explica.
Por último, Viyuela explica en RNE que uno de los principales problemas en las piscinas es la excesiva confianza de los bañistas. «Pensamos que en una piscina no hay peligro, pero sí lo hay. En las comunidades de vecinos, sobre todo, muchas veces no se toman las precauciones suficientes. Tendemos a pensar que estamos en nuestra casa y nos confiamos. Los niños deben estar permanentemente vigilados, aunque estemos en la piscina de casa. Pensamos que porque sabemos nadar es suficiente, y no es así», revela.
